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¿Qué es la cirugía protésica?

Aproximadamente 7 millones de españoles sufren artrosis, que es la tercera causa de incapacidad laboral y ocasiona un gasto por paciente y año superior a 12.000 euros.

Este tratamiento se indica para enfermedades y lesiones que degeneran las articulaciones produciendo dolor en el paciente, si bien suelen ser la última solución. El tratamiento quirúrgico utilizado para estos traumas se denomina artroplastia.

Ésta consiste en la sustitución de una articulación (parcial o total) mediante una prótesis/artroplastia, siendo un tratamiento frecuente en el deterioro de cartílago y del hueso por lesiones o enfermedades como la artrosis y la artritis.

Las diferentes técnicas de la artroplastia consisten en la reconstrucción de una articulación mediante el recubrimiento de los extremos de los huesos (artroplastias de interposición) o utilizando una articulación artificial, conocida comúnmente como prótesis (lo más habitual a día de hoy), compuestas de materiales metálicos (como el cromo, el cobalto, el titanio), cerámicas y plásticos (polietileno de alta densidad).

¿Qué métodos utiliza la cirugía protésica?

La artroplastia para solucionar estos problemas ofrece varios métodos para su fijación al esqueleto, principalmente uno con anclaje biológico (“pressfit”) y otros con cementación. 

La cirugía protésica y la artroplastia son métodos muy invasivos y tienen fecha de caducidad variable (rangos en buenas condiciones generales superiores a los 15-20 años).

¿Cuáles son las intervenciones más frecuentes?

Actualmente la cirugía protésica trata frecuentemente la cadera, rodilla y hombro utilizando los distintos métodos de artroplastia. 

Se calculan aproximadamente en nuestro país al año unas 50.000 operaciones de prótesis de rodilla y unas 40.000 de cadera.  

Esta tasa tan alta de intervenciones se debe principalmente, al aumento de la esperanza de vida de los españoles. Además, se trata de una intervención con unos resultados excelentes que mejoran significativamente la calidad de vida de los pacientes intervenidos, si bien no  están exentas de complicaciones (fracturas peri protésicas, infecciones, luxaciones)

Prótesis de cadera

La prótesis de cadera es un conjunto de componentes hechos de metal, plástico o cerámica, cuyo propósito es sustituir dicha articulación o secciones dañadas de la misma, consiguiendo eliminar el dolor y mejorar la movilidad.

Tipos de prótesis de cadera: 

Podemos ordenar los tipos de prótesis de cadera en cuanto al tipo de articulación o según la fijación de los componentes.

¿Cuánto se tarda en recuperarse de una prótesis de cadera?

Los cuidados tras la operación de prótesis de cadera dependerán de las condiciones clínicas previas del paciente y, habitualmente, es posible caminar al segundo día tras la cirugía. Sin embargo, es de vital importancia que el paciente realice ejercicios físicos frecuentes para la rehabilitación que le permitan retomar sus actividades cotidianas en el mes posterior a la cirugía.

Prótesis de rodilla

Al ser la cirugía protésica más habitual en España, veamos en qué consiste una cirugía protésica de rodilla. Normalmente esta intervención se indica en pacientes que sufren de artrosis en la articulación y con dolor constante. Además de la deformidad de la articulación y los problemas de movilidad, causados por estos, todo ello le impide volver a su vida cotidiana limitando sus actividades habituales, siendo muy relevantes los casos graves en que llegan a despertarse en mitad de la noche o no pueden conciliar el sueño por causa del dolor.

Las características propias de cada paciente, ya que al igual que la edad, el sexo (hombre o mujer) del paciente, la altura, su peso y la calidad ósea, son puntos fundamentales que pueden alargar o acortar la durabilidad del tratamiento tratamiento.

Al estudiar las características de cada paciente la indicación del profesional médico puede que sea la cirugía o no, indicar un tipo de prótesis u otro, o utilizar una técnica en concreto.

Prótesis unicompartimental de rodilla, ¿en qué consiste?

La prótesis unicompartimental, en lugar de sustituir la totalidad de la articulación, sustituye solo una parte, que puede ser la parte interna (medial), la parte externa (lateral) o la parte de la rótula de la rodilla. Lo más frecuente es utilizarla en la zona medial. 

Con este tipo de prótesis, se extrae tan solo la parte de la rodilla que se encuentra deteriorada y se coloca una articulación artificial para devolver movilidad y estabilidad tan solo a la zona afectada. El resto de estructuras de la articulación quedan intactas y en el estado anterior a la operación, aunque toda la articulación se beneficia de esta intervención.

El paciente consigue una mejora de su calidad de vida, recuperando la funcionalidad de la rodilla sin necesidad de someterse a un reemplazo completo de la misma, lo que también reduce los tiempos de recuperación tras la intervención.

¿En qué casos se utiliza la prótesis unicompartimental de rodilla?

Las prótesis unicompartimentales se utilizan como se ha mencionado para reemplazar únicamente una parte de la articulación, por lo que son muy adecuadas para los pacientes que solo tienen una zona de la rodilla afectada. 

Es una técnica protésica cada vez más utilizada en la actualidad, indicada para muchas de las patologías degenerativas de rodilla que no pueden tratarse con otros métodos más conservadores como los analgésicos, la terapia física o las infiltraciones de medicamentos.

Esta intervención se indica de manera muy selectiva en pacientes que sufren de artrosis de rodilla en fase avanzada que tan solo afecta a una parte de la rodilla y debemos tener en cuenta que esta intervención no frena el avance de la enfermedad en el resto de la rodilla, por lo que si el resto de la articulación está afectada, lo más indicado sería una prótesis total.

Los candidatos para esta intervención deben tener unos ligamentos íntegros, así como el resto del cartílago de la rodilla en buen estado para que la prótesis se pueda fijar correctamente.

¿Cómo saber si necesito una prótesis de rodilla unicompartimental?

Antes de llegar a la decisión de realizar un reemplazo de rodilla hay que pasar por varios procesos. El primero de ellos, acudir a un centro médico en el que puedas recibir un diagnostico específico de tu patología de rodilla. 

Posteriormente, el traumatólogo recomendará un tratamiento conservador para intentar devolver la funcionalidad de la rodilla sin necesidad de pasar por quirófano. Si no hay opción a tratamiento conservador o este no da resultado, el doctor puede recomendar el tratamiento quirúrgico, y es donde según unos protocolos de indicación exhaustivos se determinará la indicación más correcta a priori en su situación.

Para saber si lo que necesitas es una prótesis unicompartimental o total, se deberán realizar una serie de pruebas de imagen que determinen los diferentes grados de afectación en las tres departamentos principales de la rodilla afectada. 

Prótesis de hombro

Los problemas degenerativos del hombro son una de las principales causas de incapacidad laboral. Para los pacientes supone un problema de salud equiparable, en su percepción de enfermedad, a la insuficiencia cardíaca o la diabetes, por ejemplo. 

Actualmente la prótesis de hombro, que podría ser una solución para muchos enfermos, es desconocida para gran parte de la población.

La prótesis de hombro, artroplastia de hombro o sustitución protésica de hombro es un procedimiento quirúrgico mediante el cual se sustituye la articulación glenohumeral (la articulación entre la cabeza del húmero y la escápula) por un implante protésico. Este procedimiento está indicado fundamentalmente en casos de artrosis evolucionada o de artritis severa de hombro (como en la artritis reumatoide) para controlar el dolor y recuperar la funcionalidad perdida; y también tras algunas fracturas de hombro proximal en las que la reconstrucción quirúrgica no es posible, por la más que posible no viabilidad en la consolidación de las fracturas existentes.

Existen fundamentalmente dos modalidades de prótesis de hombro: Prótesis anatómica o prótesis invertida. El tipo de cirugía va a depender fundamentalmente del daño que tengan las estructuras tendinosas adyacentes que sirven de soporte a la articulación.

La prótesis anatómica de hombro reproduce la anatomía natural del hombro. Para su correcto funcionamiento requiere que el aparato tendinoso del hombro esté conservado.

En la prótesis invertida de hombro el húmero se excava para que aloje y se articule sobre el componente escapular, en este caso semiesférico, al revés de la disposición natural de la articulación. La sustitución inversa permite utilizar el músculo deltoides para reforzar la articulación, añadiendo estabilidad y mejorando los resultados funcionales.

Esto es muy útil en pacientes que tienen dañados el manguito de los rotadores y los tendones del hombro. Algunos de estos pacientes llegan a tener una grave alteración funcional llamada “hombro pseudoparalítico”, en que no pueden apenas mover el brazo; para esta situación no existían tratamientos exitosos hasta la aparición de las prótesis invertidas; ahora gracias a ellas los pacientes pueden recuperar una función adecuada en la mayor parte de los casos.

La prótesis de hombro se coloca mediante cirugía, bajo anestesia general. La operación dura unos 90-120 minutos y el paciente permanece ingresado, habitualmente, de 4 a 7 días tras la intervención.

Poco tiempo después de la cirugía se le enseñan al paciente una serie de ejercicios suaves de movilización pasiva. Sin embargo la rehabilitación propiamente dicha no comienza hasta 4semanas tras la operación.

Prótesis de tobillo

Las prótesis de tobillo ya no son una innovación o un tratamiento experimental. A día de hoy, un tratamiento con resultados exitosos demostrados científicamente a corto y largo plazo. Por esta razón, se está considerando actualmente la implantación de una prótesis de tobillo como primera opción ante la existencia de patologías degenerativa del tobillo (artrosis), y no solo la artrodesis como hasta no hace mucho tiempo.

La fijación del tobillo o artrodesis es un tratamiento con buenos resultados en general, pero a expensas de eliminar una articulación tan importante como el tobillo y con secuelas demostradas a medio y largo plazo. Puede generar artrosis de otras articulaciones del pie, mayor gasto energético al caminar, cojera y afectación de la cadera o de la columna lumbar.

Candidatos a la implantación de prótesis de tobillo

Los pacientes candidatos a una prótesis, en líneas generales, son aquellos con dolor severo y disminución de la movilidad del tobillo que provoca incapacidad y dificultad para realizar las actividades habituales. La artrosis de tobillo es la responsable de estos síntomas y a su vez, puede ser:

  • Artrosis primaria (no se logra determinar la causa de la enfermedad)
  • Artrosis secundaria: enfermedad degenerativa que deriva de causas conocidas: fracturas de tobillo, fracturas de pilón tibial y astrágalo (artrosis postraumática de tobillo), Osteonecrosis de astrágalo, Artritis Reumatoide, Inestabilidad crónica de Tobillo…

Prótesis trapeciometacarpiana

La artrosis trapeciometacarpiana (TMC) es la patología quirúrgica más frecuente en cirugía de la mano. La prevalencia de artrosis trapeciometacarpiana se ha establecido entre un 8-12%, llegando hasta un 33% en las mujeres postmenopáusicas.

 Es la segunda localización de artrosis más frecuente en la mano, tras la articulación interfalángica distal. En la población general, una de cada cuatro mujeres y uno de cada doce hombres, presentan cambios degenerativos a nivel TMC, siendo la gran mayoría de ellos asintomáticos.

El tratamiento de la rizartrosis sintomática es muy amplio y varía desde diversas opciones de tratamiento conservador hasta la cirugía. Existen numerosos tratamientos quirúrgicos específicos para la artrosis TMC: trapecectomía con o sin tenosuspensión, artroplastias de interposición, artrodesis de la articulación o la sustitución protésica, que ha ganado importancia en los últimos años. El tipo de técnica empleada dependerá de la edad del paciente, actividad que desarrolla, estadio radiológico y la experiencia del cirujano.

La artroplastia trapeciometacarpiana lleva utilizándose desde hace décadas, aunque en los últimos años ha tenido un importante crecimiento, dado que es capaz de alcanzar un control del dolor prácticamente completo, mantener una fuerza importante y sobre todo, con buena movilidad.

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